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El patrimonio cultural es un valor insustituible, constituye la tradición de un pueblo, de sus ciudadanos, identifica a una sociedad. Lo constituyen diferentes bienes que pueden ser tangibles o intangibles, los cuales poseen características estilísticas, utilitarias, decorativas, afectivas, naturales y se constituyen en un bien heredado, producto de la creatividad, del arte, de la naturaleza y de la acción social. Su promoción y defensa no es sólo una tarea de los gobiernos, es una misión colectiva con la finalidad de mantener esos lazos que fortalecen a los individuos y a sus localidades porque es sin duda la memoria de la humanidad, es el eje central de la identidad, del sentido de pertenencia. Por ello, debe ser apreciado y difundido en todos los espacios y especialmente en las instituciones escolares.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Imágenes de antaño I parte


Esta fotografía encontrada en la red, evoca tiempos lejanos del pueblo El Hatillo, y es especialmente significativa para mí, aunque es anterior a mis primeros años de vida, la Bodega La Cruz, ubicada entre la calle Bolívar con Calle 2 de mayo, fue el sitio donde hice mis primeras compras, los primeros "mandados", ya que estaba a una pared de distancia de la casa de mi infancia. En esa bodeguita conseguías desde chucherías, hasta el exquisito majarete de la Sra. Nicolasa, esposa del Sr. Emiliano Serrano, dueños de ese establecimiento tradicional y tan representativo del pueblo.

Su fachada tenía tres puertas de madera, las dos primeras daban directamente  al mostrador de madera y vidrio; recuerdo el olor a kerosene que desprendía una de sus paredes, ya que tenían una llave donde distribuían el combustible para alimentar cocinas y lámparas; la tercera puerta, la cual se observa en la imagen de la presente entrada, daba directamente a un pasillo y funjía como una especie de zaguan para la vivienda de la familia.
Me encantó esta imagen no solo por los sentimientos y añoranzas que representan a nivel personal, sino también por la ternura del burrito recostado a la pierna de la niña con sus ojitos cerrados, lo cual emociona y conmueve.
Esa edificación fue derribada, así como la casa en la cual pegué mis primeras carreras; toda esa cuadra sufrió una remodelacion total, ya que la propietaria la Sra María de Sepúlveda hizo la venta al consorcio Hannsi, quienes edificaron la reinterpretación de la casa original donde hoy están ubicadas algunas tiendas y el Registro.
Al fondo de la imagen está una Cruz, en la fachada que aún se conserva, la cual es adornada en el mes de mayo, recordando la tradición agrícola de la comunidad hatillana y la sencillez de su gente.